domingo, 8 de marzo de 2009

FELIZ DÍA MUJER


Cruzo la Avenida Sáenz Peña, dirigiéndome hacia San José, veo entonces una chica de aproximadamente diecisiete años, vendiendo caramelos entre los carros, con su niña de no más de tres años, cargada en su espalda...camino más rápido, tratando de evitar seguir mirando esa escena, y a la esquina siguiente, me encuentro con otra mamá de su misma edad, con su niño atado a su espalda.

Así como ellas, cientos de madres, hoy en día, luchan hora a hora por no sólo por vivir, si no a veces, por sobrevivir, y evitar dejar a sus pequeños solos y de hambre.

Sin embargo, hay casos donde la realidad actual regido por el sistema actual, ha obligado a muchas mujeres a abandonar aquel santuario llamado HOGAR, no sólo a causa de las necesidades económicas, si no al mismo tiempo, de la necesidad de querer o intentar "reparar" un mundo casi destruido por la mano del hombre, generando actualmente una gran problemática social, que la familia esté abandonada y al mismo tiempo sea un lugar de sumo peligro, pues los hijos y las hijas se quedan solos a merced de algún pariente o guardián, los que muchas veces no tienen ningún tipo de buenas intenciones.

En nuestro mundo conviven diversos tipos de mujeres, citaré los extremos: Mujeres dirigentes, mujeres dirigidas, mujeres publicistas, mujeres conquistadas, mujeres abusonas, mujeres maltratadas, mujeres luchadoras, mujeres indiferentes, mujeres gobernantes, mujeres gobernadas, mujeres conservadoras, mujeres frívolas, etc etc... pero al fin y al cabo MUJERES.

A pesar de todo, especialmente en este día, me siento feliz, por haber nacido mujer, pues, nosotras, no sólo somos capaces de ordenar nuestro hogar o nuestra oficina, si no también, tenemos en nuestras manos la capacidad de ordenar y cambiar este mundo, el cual día a día muere de hambre y sed, pero de Justicia Social.

Ojalá llege pronto un nuevo orden mundial, donde los hombres piensen para bien, se llenen los bolsillos lo suficiente, para que nosotras, dejemos de preocuparnos por las averías del mundo, y regresemos a casa (sobre todo, las que tenemos hijos), nos dediquemos a criar niños felices, con sentimientos claros y muchas ganas de hacer las cosas mejor.

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